Evidentemente no todo el mundo es igual y hay algunos que ni se preocupan cuando le echan el humo a la cara a otros. Y ver a algunos padres-madres fumando delante (y encima) del niño pues no parece ser lo mejor para los pulmones del crío.
Una agencia de publicidad, viendo advertir de las consecuencias perjudiciales para los humanos no está dando mucho resultado, han decidido cambiar de estrategia y darle la vuelta a la tortilla. Han pensado que quizá se conciencien más si les muestran a un pobre y lindo gatito que viendo a su hijo..
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